El fin de semana pasado ha terminado la primera fase de la Copa Absoluta en la Tercera División. 41 equipos de Tercera A y Tercera B repartidos desde la IV a la X región disputaron en poco más de dos semanas una serie de partidos que definieron a los 16 clasificados a los octavos de final. Entre ellos, Fernandez Vial ha realizado una buena presentación, terminando como líder del grupo 1 y avanzando junto a Buenos Aires de Parral a las instancias finales.
Aprovechando el descanso del último fin de semana, es bueno hacer un análisis del desempeño del aurinegro en esta primera fase de la copa. Y el balance bajo el punto de vista arroja números azules.
Partamos primero por lo futbolístico. El conjunto de El Almirante tuvo que formarse desde cero a partir de diciembre del año pasado, coincidiendo con la llegada de su entrenador José Toledo y la formación de un plantel de 22 jugadores que, algunos con experiencia y la gran mayoría novatos, buscaron conformar en tres meses un equipo lo suficientemente competitivo para afrontar este primer desafío. Aquí hay que detenerse un minuto y considerar que de lo dicho a lo hecho, hay un gran trecho, ya que si bien este equipo tiene como objetivo el ascenso, las dudas acerca de su funcionamiento inicial eran (y son) pausibles. De modo que obtener la clasificación ya de por sí es un poroto ganado en la competencia. En los cuatro lances que se disputaron, poco a poco empiezan a destacar algunas figuras como De Gregorio, Iribarra, Jorge Silva, Jordan Durán y Francisco Briones; no obstante la técnica falta en mejoría, asoman como buenos proyectos. Hablando del conjunto en general, aún no asimilan del todo un dibujo netamente táctico en el césped, pero eso en estas instancias es mucho pedir dentro de una división en el que el roce entre carnes es el axioma, y el talentoso debe remojar sus canillas en hielo luego de cada lance.
Ahora bien, hay un segundo punto de análisis y ese es el de la entrega, la garra o los huevos (como quiera llamarlo). Y en ese aspecto los bonos suben para estos chicos. Saben que juegan por una camiseta con historia, y el ímpetu dentro del campo se respira, algunas veces en demasía y que nos ha costado una buena serie de amonestaciones y expulsiones, pero lo entendemos casi como la ansiedad de un niño que desea meter el gol al minuto de juego. Han salido bravos los chicos y ahora su misión es buscar el temple para que sus energías sean canalizadas.
Por último, no se puede dejar de lado en este breve análisis en la repuesta de la hinchada para con el equipo. El aliento de estos cuatro partidos ha sido excelente y, salvo algunos puntos negros, la FAMILIA vialina ha mandado en las graderías, conscientes de que son partícipes de una nueva página de la historia.
Ahora se viene Lautaro de Buín, equipo ya animador de la Tercera A, que en fase de grupos goleó 11-1 a Enfoque y que posee un entrenador novel como Pablo Galdames. Un escollo a considerar para el avance de la locomotora y para saber en que estado de mantención está la maquinita.
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